¡Los loros son TERRIBLES regalos de Navidad!

Los loros traen mucha alegría a nuestros hogares. Los involucramos en todos los aspectos de nuestras vidas. Los llevamos a la tienda con nosotros. Les damos sus propias páginas de Facebook. Ocupan un lugar destacado en nuestras tarjetas navideñas. Estamos orgullosos de compartir fotografías e historias que cuentan sus aventuras.

Todos tenemos amigos o familiares que también están enamorados de nuestros loros. Prestan más atención a nuestro pájaro que otros transeúntes y muestran un interés real por nuestras historias. Usan frases como: “si tan sólo” o “tal vez algún día”. ¿Qué mejor regalo podría haber que un loro propio al que amar?

Si bien tiene sentido querer transmitir los momentos de felicidad que experimentas con tu pájaro a alguien a quien amas, ¡la alegría de una persona puede convertirse en la pesadilla de otra! Es un mal plan regalar un loro a alguien.

Tener un loro NO es para todos. Siendo uno mismo, sabes cuánto implica criar un loro de la manera correcta:

  • El coste de una jaula de buena calidad y sus accesorios, juguetes y comida. No olvide las facturas ocasionales del veterinario y los gastos de alojamiento.
  • Las tareas diarias: cambiar los revestimientos de las jaulas, raspar la caca de las rejillas, fregar las perchas y los juguetes y limpiar la comida arrojada al suelo, las paredes y el techo.
  • Los respaldos picudos de las sillas, las cortinas de las ventanas hechas jirones, los cojines de los sofás sin relleno y los teclados de computadora y los controles remotos de TV modificados.
  • El ruido ensordecedor proveniente de los anuncios sobre la hora del día, las acaloradas discusiones con juguetes y el gato del vecino intruso.
  • El tiempo pasado en la cocina preparando una dieta adecuada , aportando enriquecimiento y la investigación online mientras aprendemos a cuidar al nuevo loro.
  • Los problemas de salud o de comportamiento que pueden surgir por estropear cualquiera de los anteriores.

Todos sabemos que ESTA es la realidad con los loros. Puede que estemos más que dispuestos a darnos a nosotros mismos de esta manera, pero la persona promedio puede no tener NINGUNA PISTA de lo que le espera. A menos que el destinatario de su regalo sea un tipo especial de persona que no considere lo anterior como “tareas” sino como trabajos de amor, un loro puede ser mucho menos una bendición y más una maldición.

¡Regalar un loro, para cualquier ocasión, podría resultar en que sea “regalado” al rescate local!

Patty Jourgensen se especializa en salud, comportamiento y nutrición aviar y ha estado trabajando y cuidando aves rescatadas desde 1987.

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